Boekenworm. Esta es la expresión utilizada en holandés para designar a las personas que siempre andan cargadas con libros. Quienes trabajamos en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas nos hemos acostumbrado un poco a hacer de “boekenworms”. Pero este tráfico de libros, no se resume en la presente historia, no se resume en tantas otras, a libros cargados por nosotros, sino a la cadena de solidaridades que se desarrolló los últimos meses del presente año para traer una biblioteca sin igual en Argentina y el continente.
En septiembre de 2022 nos enteramos a través de la investigadora del CeDInCI Ivanna Margarucci del tesoro escondido que había en la mítica librería anarquista de Ámsterdam, Het Fort van Sjakoo. La militante anarcosindicalista e historiadora Hanneke Willemse, fallecida el 25 de marzo de 2021 a los 72 años de edad, donó por medio de su testamento a amigos e instituciones su monumental biblioteca y archivo sobre la historia y la memoria de la Guerra Civil española, temas en los que se convirtió en una verdadera especialista. Una parte importante del material archivístico (desde correspondencia hasta los rollos de películas grabadas con su compañero Jan Groen) fue entregada al Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam. Pero los materiales en español de esa biblioteca, alrededor de 200, quedaron a la espera de hallar un lugar apropiado para ellos en la librería.
El destino, la casualidad, pero sobre todo, la enorme labor que viene desarrollando el CeDInCI y el Programa de Investigación del Anarquismo para recuperar y poner a la consulta pública los acervos del movimiento anarquista nacional e internacional, quisieron que esa biblioteca, se encuentre hoy, dos meses después, en nuestra sede de la calle Rodríguez Peña 356. La colección se compone de libros, revistas y folletos de la historia social, política y cultural del movimiento libertario español, desde fines de siglo XIX hasta la actualidad, editados en España, Francia, Holanda, México y Argentina. Están allí los militantes, desde Félix Carrasquer pasando por José Peirats hasta Abel Paz, pero también los historiadores más o menos contemporáneos, como José Luis Gutiérrez Molina y Julián Casanova.
Por supuesto que fue una gran alegría recibir este valiosísimo patrimonio. Pero para ello hubo que hacer una logística que emula el tesón propagandístico de los militantes ácratas de hace un siglo. La biblioteca, guardada en seis cajas atiborradas de libros, no podía llegar toda junta a Argentina. Ya nos referimos a propósito de la repatriación de la biblioteca de Alberto Belloni, de las trabas burocráticas que el Estado impone a las organizaciones no gubernamentales para recibir donaciones del exterior. Tenía que ser un trabajo de hormiga, a través del traslado en valijas que viajaran con amigos y cómplices, y así fue.
La primera maleta fue fácil. Llegó a principios de octubre directamente desde Ámsterdam con Hernán Scandizzo, viejo archivero anarquista y redactor del blog Terrapalabra, quien viajó a la capital holandesa para asistir a un evento. Lo que seguía a continuación era algo más complicado. Por cálculos aproximados entendíamos que el resto de la biblioteca cabía en dos valijas, pero no teníamos certeza. Ahí Jeroen ten Dam, librero de la Het Fort van Sjakoo que nos ofreciera la donación, se tomó el trabajo de pesar libro por libro (estamos hablando de 120 materiales) para que podamos organizar los envíos. A comienzos de noviembre, dos cajas que pesaban alrededor de 23 kilos viajaron por correo a Madrid, donde fueron recibidas por la historiadora española María Migueláñez Martínez, quien empacó su contenido en dos bolsos que aportó a la causa e interceptó en el aeropuerto de Barajas a la investigadora del CeDInCI Laura Fernández Cordero para que los despachara como parte de su equipaje –lástima que Iberia nos asustó a todos dejando esos bolsos un día más de lo esperado en Madrid. En simultáneo, otras dos cajas del mismo peso llegaban a Hamburgo, desde donde, previa escala en París, arribaron con el historiador brasilero Thiago Prates que venía a realizar una estancia de investigación al CeDInCI. Todo esto bajo la coordinación logística de Ivanna Margarucci y su compañero, quien recibió en Ezeiza a los queridos amigos “boekenworms”.
Aquella que María Migueláñez Martínez denominó por su despliegue la “Operación Albalate de Cinca”, pueblo de Aragón estudiado, conocido y amado por Hanneke Willemse, fue un éxito. A mediados de noviembre, la biblioteca logró llegar sana y salva a Buenos Aires. Y hasta podemos decir que dentro del tesoro descubrimos otros tesoros, como las cartas que Hanneke escribía a o recibía de los autores de los libros que la constituyen o bien un “Val per una pesseta” emitido por el ayuntamiento de Blanes durante la Guerra Civil en agosto de 1937.
La memoria anarquista por la que tanto se preocupó en vida la militante e historiadora holandesa, continúa resguardada en las entrevistas que realizó y en su obra. Continúa resguardada en el CeDInCI en su biblioteca. Vaya pues nuestro agradecimiento a todos los implicados, casi diez personas, en este tráfico de libros que, como los y las militantes libertarios y libertarias, no conoce de fronteras.