Muchos amigos del país y del exterior nos han consultado en estas últimas horas sobre los alcances que la reciente Resolución 2025/10 del gobierno nacional tendrá para el financiamiento del CeDInCI. Queremos aclarar lo siguiente:

  1. Dicha resolución faculta a la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología a dar de baja los programas a través de los cuales el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación colaboraba con módicos subsidios al mantenimiento de unas treinta instituciones independientes de ciencia y tecnología. En realidad, esta resolución no viene más que a blanquear una situación de hecho: para la mayor parte de estas instituciones los subsidios dejaron de cobrarse desde el 1 de enero de 2024.
  2. No es cierto, como señalaron algunos medios de prensa, que se trata de subsidios nacidos durante el gobierno de Cristina Fernández o el de Alberto Fernández. Este programa respondía a una política de Estado, atravesando diversas gestiones políticas desde hace al menos 25 años (desde el gobierno de la Alianza al del Frente de Todos, pasando por el de Cambiemos).
  3. Tampoco se trata, como han señalado algunos medios, de fundaciones “kirchneristas”. Además del CeDInCI, fundado en 1998, entre las instituciones de ciencia y tecnología que recibieron en las últimas décadas dicho subsidio se encontraban la Fundación Leloir (creada en 1947 por Bernardo Houssay, premio Nobel de Medicina), la Fundación Bariloche (creada en 1963 para promover la enseñanza y la investigación científica), la Fundación Huésped (creada en 1989 para asistir a personas conviviendo con VIH), el IDES (Instituto para el Desarrollo Económico y Social, fundado en 1960), el CEDES (Centro de Estudios de Estado y Sociedad, fundado en 1975), etc.
  4. El monto de los subsidios oscilaba en el año 2023 entre los 83.000 y los 166.000 pesos argentinos mensuales para cada institución. Como ponen en evidencia estas cifras, no alcanzaban en total ni al 0,0001 % del presupuesto nacional. Tampoco alcanzaban desde ya para pagar salarios, pero ayudaban a las instituciones independientes de ciencia y técnica a solventar (solo en parte) los gastos de funcionamiento de sus sedes. Las convocatorias se realizaban cada tres años y cada institución debía postularse para cada período informando sus fines y sus actividades. El subsidio recibido se rendía en forma trimestral acreditando una o más facturas de servicios. Y el Ministerio sólo realizaba un nuevo desembolso cuando se había acreditado debidamente el del trimestre anterior.
  5. Respecto del CeDInCI, queremos aclarar que nuestras rendiciones administrativas están al día y siempre se respondió de modo transparente y justificando cada gasto. Las nuevas autoridades nos excluyen de este módico régimen de subsidios sugiriendo que nuestras políticas de recuperación patrimonial y de acceso público a bienes culturales no se encuadran en los “parámetros de economicidad” (sic) establecidos en la Ley Bases. Y tienen razón: no nos encuadramos. No producimos mercancías, marcas ni patentes. Por el contrario: sacamos libros de la circulación mercantil y archivos del ámbito privado para convertirlos en un bien común. Ofrecemos servicios de acceso público (presencial y remoto) de modo gratuito a investigadores, estudiantes y público en general. Y estamos orgullosos de nuestra misión.
    El subsidio que recibíamos del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología –que en 2023 alcanzaba la suma anual de un millón de pesos argentinos–, representaba un porcentaje mínimo del presupuesto total del CeDInCI. Y hace ya un año que no lo recibimos. Aunque las tarifas de servicios han crecido este año de modo exponencial (prácticamente un 600 por ciento), nuestro centro se sostuvo durante 2024 como lo viene haciendo desde hace 26 años: gracias al apoyo de sus socios y de reconocidas instituciones del país y del exterior.
    El CeDInCI recibió en 2018 el Premio Konex a las diez instituciones destacadas de la última década, y su colección documental fue declarada por la UNESCO “Patrimonio Documental de América Latina y el Caribe”. Desde hace 26 años llevamos adelante proyectos con instituciones de amplio reconocimiento nacional e internacional como la Fundación Friedrich Ebert, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Fundación Williams, la Fundación Bunge & Born, la ex Fundación Antorchas, el Endangered Archives Programme, la British Library, SEPHIS (Holanda), la Universidad de Harvard, la Universidad de Princeton, la Universidad de Stanford, el Instituto Iberoamericano de Berlín, la Bibliothèque de Documentation Internationale Contemporaine (BDIC) de Nanterre y la Universidad de Sterling, entre otras. En el CeDInCI realizan estancias de investigación jóvenes provenientes de las más diversas universidades del país y del extranjero.
  6. El CeDInCI no está solo en este embate de los “parámetros de economicidad” contra la investigación, la educación pública, el arte y la cultura. La gran mayoría de las instituciones consagradas a la investigación y la docencia, desde la universidad pública al Conicet, pasando por los centros independientes como el CeDInCI, son objeto de una estrategia de estigmatización y desfinanciamiento. El objetivo es doblegarlos para que se vean obligados a optar entre el arancelamiento o el cierre.

El parámetro de la educación pública ya no es, como lo fue desde la Generación de 1880 en adelante, la integración social a través de la formación de ciudadanía, sino la subordinación de cualquier actividad a la rentabilidad inmediata del capital. Lo que durante un siglo y medio fue considerado una inversión de recursos públicos con el fin de ampliar ciudadanía, para el gobierno actual no es más que un “gasto” improductivo a recortar.

Cierta parte de la ciudadanía que votó a Milei en diciembre de 2023 hoy empieza a preguntarse si el precio a pagar para alcanzar la estabilidad financiera era la liquidación lisa y llana de todos aquellos valores e instituciones que forjaron lo mejor de la Argentina moderna. El Estado falló en contra de la cultura, el arte y la investigación. La sociedad civil tiene la palabra.